Astrid Medina es una mujer caficultora que salió adelante a pesar que arrebataron al hombre que le enseñó a cultivar café.
A su papá lo mató la guerrilla en el año 2006, en pleno apogeo de la guerra en Colombia y especialmente en el sur del Tolima, en Planadas, municipio en donde nació uno de los grupos armados ilegales más sanguinarios en Colombia: Las Farc.
“Me siento orgullosa de ser caficultora tolimense y llevar en mi sangre toda una tradición familiar”, dijo Astrid Medina.
Sin embargo, detrás de esta trágica historia, hay un ejemplo de resiliencia y superación que ha sobrepasado todos los límites.
Ese fue el camino para mejorar la producción de café. A tal punto que en el año 2015 obtuvo la Taza a la Excelencia con un puntaje 90.2.
Triunfo que le permitió poner su café con un sello propio en mercados de Japón, Estados Unidos y Europa y LATAM.
La finca está ubicada a 1.800 metros de altura. Esto es clave para que su perfil de taza tenga acidez brillante cítrico, cuerpo redondo y lleno. También dulzura caramelo.
Astrid es una digna representante y productora del café colombiano.
Astrid Medina es reconocida en todo el mundo, diversos medios nacionales e internacionales hablan de ella.
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